viernes, 22 de marzo de 2019

Hasta que la muerte nos separe



Hasta que la muerte nos separe

Te amé por interés. ¿Te amé?,  ¿O amé lo que me convertí al lado tuyo?  Podremos tener todo lo que queramos menos amor, todo menos pasión. ¿Te importa?

 Ella lo amó ¿Lo amó?  Mmmmm si… pero porque no le quedaba otra opción. Porque a ella también le convenía.

            Él la quería sólo por lo que tenía.  Y cuando estaba solo se saboreaba pensando: Ahora que te conseguí mi felicidad depende de tu sí, de tu fortuna, por supuesto, y de tú herencia macabra.  Y sin pensarlo más, hipotecó su vida por unos billetes.  Nunca aprendió el inglés pero se supo disfrazar de Lord.  Se creyó de máxima categoría, comió, se hospedó, viajó y compró en los mejores lugares.  Olvidó quien era, de dónde venía.  Creyó saber y tener más que otros desde su miserable punto de vista.  La ceguera lo capturó, el personaje lo poseyó y no hubo exorcismo que lo hiciera ver.  

           Con el tiempo no se dio cuenta de nada, su personaje creció, miraba a todos desde allá arriba.  Ella también tenía sus intereses, así que juntos eran una gran empresa mentirosa y a ellos eso no les importaba.   Para ellos de eso se trataba la felicidad. Felices los que eligen la mentira porque vivirán siempre en una realidad paralela.

         Un día la desgracia económica de nuestro inestable país los tocó con su varita, porque nada es para siempre, porque no siempre la suerte está de nuestro lado, porque la mentira tarde o temprano se termina, esa fue la primera vez en que se miraron a los ojos pero no vieron nada.  Un asco.  El vacío los invadió de tal manera que no supieron qué decir, qué hacer, qué pensar.  No sintieron nada, sólo un poco de tristeza al pensar que no sabían qué hacer con sus vidas y que sólo quedaba esperar que la muerte los separe.


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