En viaje
Viajaron por tierra y por mar. En sus bicicletas recorrieron kilómetros de
infancia sin conocerse, sin imaginarse.
Lucharon con sus escudos de juguete contra las cachetadas de la vida.
Viajaron entre ideas y sueños. Sus
mentes viajaron sin permiso. Y en este viaje sin fin, sin querer se encontraron.
Ella, en lo profundo de sus ojos
extraños descubrió sus fortalezas. Detrás de mil corazas, él sabía que
encontraría una piedra sin pulir. Por
eso, perdidos en el espanto de una
ciudad macabra se pudieron ver.
Les gustaba viajar en colectivos
mágicos, en los que parecía que sólo estaban ellos. Él sabía cómo sacarle mil sonrisas y ella
supo darle la confianza que él necesitaba.
Su unión hizo la fuerza, volaron más alto que los gigantes
porque sus pies no habían sido hechos para dar pasos pequeños. Juntos se animaron a ser más libres, a elegir
quiénes querían ser. Juntos formaron un
todo.
Remó con ella las olas
más altas y no tuvo miedo de seguir a su lado.
Atravesaron el tsunami y lo
surfearon. El plan fue recorrer
los caminos tomados de la mano, hacerle frente a todo con esos mismos escudos
de juguete que los ayudaron a ser quienes eran.
Hay vidas en las que llueve más seguido, ese fue siempre el pronóstico
de las suyas. Pero aún sin paraguas
hicieron de éste, el lugar de sus
sueños. Ahí estuvo la clave, el secreto,
y fue que no existieron tormentas, tornados o huracanes que pudieran
asustarlos.