viernes, 22 de marzo de 2019

Regalo en la distancia


Regalo en la distancia

Con vos aprendí a volar muy alto en una hamaca hasta atrapar las hojas del árbol.  Que no hay mejor forma de atravesar el mar que flotando sobre tu panza y que se pueden dar los saltos más altos a las olas más inmensas agarrada de tu mano. Que hablar con tu otro yo en el espejo y mantener una charla era posible. Que hacer las cosas juntos era un buen plan.  Que jugar conmigo era parte de tu vida.  Que cuando te abandonan sin querer te podes  levantar y salir adelante aunque tu corazón no pueda más con tanta tristeza.

Y cuando la vida se cansó de golpearte tomó aire y  volvió con más fuerza.   Frente a esto también me demostraste que podías luchar como un superhombre.  ¿Sabes qué pasa?  Los buenos mueren.

Fuiste el hombre que leía libros al revés, él que cruzó la plaza de Mayo en moto con los ojos cerrados, él que supo luchar por sus ideales.  Fuiste el que jamás dejó de escucharme.   El que supo hacer flamear la bandera de la libertad, de la honradez y la sencillez.    Sos mi héroe, no lo dudes.   
Todavía extraño tus mates y las charlas.  Las empanadas de los jueves compartiendo una serie.  Todavía extraño tenerte y no creo que se pase.  Hiciste de tu vida la razón de la mía.

¡Que hoy por lo menos una persona lea quien fuiste! Que se sepa que vos fuiste la magia, la razón para seguir cuando el vacío me atravesó.  Que me enseñaste “que más se perdió en la guerra”,  que lo material no existe, que la libertad es todo, que ser honesto es mejor.   
Parece que hacerme feliz fue tu objetivo y lo lograste.

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