viernes, 22 de marzo de 2019

Un final posible



Un final posible

Silencioso mira el hombre casi centenario desde su sillita de mimbre las lucecitas del arbolito de enfrente como prenden y se apagan con ese ritmo estructurado.  ¿Cuando pasó el tiempo que casi ni me di cuenta? ¿A dónde están todos? ¿A dónde se fueron? ¿Cuándo se fueron y me quedé tan solo? Piensa mientras se va quedando dormido.   Y cuando la cabeza se le cae, despierta y empieza otra vez a percibir cada lento minuto lento, ahora cree percibir hasta los segundos,  ¿por qué pasó todo tan rápido cuando fui joven y ahora que me sobra tiempo, el tiempo no pasa?

            La familia de enfrente comienza a brindar, otro año comienza...y como pasan los años, pasa la vida...  El hombre mira solo la escena del brindis desde su sillita, otra vez lo mismo y vuelve a empezar... Se cierra el círculo, termina... ¿el círculo termina o es una espiral eterna? ¿Todo vuelve a empezar?...o ¿todo continua?? Para el hombrecito no es tan circular, hasta aquí fue todo lineal, con curvas y contra curvas, pero siempre hacia adelante, sin vuelta atrás.  Con la capacidad, o las ganas, o el deber, lo que cada uno pueda, de aprender de los errores y tratar de no volver a cometerlos, tarea difícil, porque parece que fuimos hechos para pisar muchas veces la misma piedra. 

Luego al final del círculo, la línea o la espiral,  parece que todo termina y cuando al fin llega el maldito momento todo se acaba y punto...o ¿todo sigue de otra manera, en otro lugar, en otro tiempo?

 Algunos de los que siguen sin entender tiran un par de petardos, ya son las doce, ahora sí, tenemos la oportunidad de renacer de nosotros mismos para tratar de lograr todo lo que nos propusimos, para cambiar, comenzar de nuevo, esperar que este nuevo año sea mejor... Pero  es sólo un ritual alrededor de un tiempo que no es más que el mismo que avanza y avanza, y a su vez siempre es distinto, "nadie puede bañarse dos veces en el mismo río" el tiempo es como el río que no para de correr, de transcurrir.  Nada puede pararlo, nada vuelve.  

             Un petardo asusta al hombre dormido, lo despierta y como dueño de su vida, el tiempo dice basta y se acaba.  Fin.

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